La tarta de alabaza especiada es el postre perfeto para disfrutar en otoño, cuando las temperaturas bajan y los aromas cálidos llenan el aire.

Con una base crujiente de galletas y un relleno suave y cremoso de calabaza y queso, esta delicia se adereza con una mezcla de especias de temporada. Cada bocado es un equilibrio entre lo dulce y lo especiado, creando una explosión de sabores que invitan a saborearla lentamente. 

Ideal para acompañarla con nata montada o una bola de helado de vainilla, la tarta de calabaza especiada se convierte en un regalo irresistible para los sentidos. Perfecta para compartir en reuniones familiares o disfrutar en una tarde tranquila. Su textura suave y su sabor cálido hacen que cada momento con esta tarta sea  único y memorable.

Si te ha gustado esta receta te recomiendo que veas también la coca de calabaza o el bizcocho de calabaza, ambos deliciosos.

Os dejo la receta en vídeo para que la veáis mejor. Si os gusta podéis suscribiros a mi canal youtube donde tengo muchas más.


Ingredientes para un molde de 22cm:

Para la base:

     -   100g de mantequilla 

     -   300g de galletas tipo maría

     -   1 cucharadita de jengibre en polvo

     -   30g de nueces picadas

Para el relleno:

     -   450g de queso crema 

     -   150g de azúcar

     -   1 cucharadita de esencia de vainilla

     -   3 huevos L

     -   250g de calabaza cocida al horno o microondas y hecha puré

     -   2 cucharaditas de canela molida

     -   1 cucharadita rasa de nuez moscada

     -   1/4 de clavo molido

Para adornar:

     -   200ml de nata para montar

     -   2 cucharadas de azúcar glas

Hacemos la base:

Trituramos las galletas en la picadora junto con la mantequilla derretida. Le añadimos las nueces picadas sin que se hagan harina y el jengibre y mezclamos bien.

Lo echamos en el molde y forramos el fondo y las paredes ayudándonos con las manos. Lo horneamos con el horno precalentado a 180ºC durante 10 minutos. Lo dejamos enfriar.

Hacemos el relleno:

En un bol ponemos el queso crema, el azúcar, la esencia de vainilla, batimos y añadimos los huevos de uno en uno hasta incorporarlos todos. 

Separamos un cucharón de esta mezcla para el final .


Añadimos al resto de mezcla el puré de calabaza, la canela, la nuez moscad y el jengibre y mezclamos bien. Lo echamos en el molde donde tenemos la base de galletas. Echamos encima el cucharón de masa que hemos reservamos y con un palillo o tenedor, hacemos el efecto marmolado.

Lo horneamos, con el horno precalentado a 180ºC con calor arriba y abajo sin horno durante 55 minutos. Lo sacamos y dejamos enfriar. 

Lo adornamos con la nata montada con el azúcar glas.

 Lo metemos en el frigorífico hasta la hora de servirla.

¡Queda buenísima!

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Hasta ahora había hecho los nuggets de pollo, porque son los que mas gustan a mis hijos, pero como a mi me encanta el pescado y en casa no les gusta, tengo que ponerlo de forma que lo coman pero que tenga poco sabor a pescado. Así que decidía probar con los nuggets de pescado a ver si les gustaba.
Y han gustado mucho.   Quedan crujientes y sabrosos, tenéis que probarlos.


Si te han gustado estos nuggets te recomiendo que veas los fingers de pollo  o los nuggets de pollo ambos deliciosos.

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Ingredientes:
     -   250g de filetes de merluza sin piel ni espinas
     -   60g de miga de pan o pan de molde
     -   60g de leche
     -   60 g de queso de untar tipo philadelphia
     -   sal al gusto
     -   1 diente de ajo
     -   perejil
     -   huevo
     -   harina
     -   pan rallado


De forma tradicional:
Ponemos todos los ingredientes, el pescado troceado, el ajo, el perejil, el pan.

el queso, la leche  y sal al gusto. Lo picamos todo hasta conseguir una masa no demasiado triturada .

La ponemos en un tuppers y la dejamos en el frigorífico unas 2 horas para que tome cuerpo.


Sacamos porciones , hacemos bolitas , las aplastamos un poco y las rebozamos primero en harina, luego en huevo batido y por último por pan rallado.


Con cuisine companion:
Ponemos en la cubeta de la Cuisine Companion,  la cuchilla amasar-picar, añadimos el ajo y el perejil , añadimos el pescado troceado, el queso, el pan , la leche, pimienta y sal.
Picamos a velocidad 7- 8 , 10 segundos. Si os gusta mas picado, le dais un poco más de tiempo. el resto igual que de forma tradicional.


Los freímos en aceite bien caliente y los servimos acompañados de mayonesa.


Queda delicioso y a los niños les encantan y también a los  mayores.

¡Muy ricos!
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Aquí os dejo la versión de estos nuggets hechos  por Montse, del blog Cocinando para mis peques 2.
Le han quedado estupendos. ¡Muchas gracias Montse!




Los engañabobos son unos dulces típicos del día de todos los Santos y también de Semana Santa. Originarios de un pueblo de Huelva, Alosno, aunque se han extendido por su cercanía a muchos pueblos de Extremadura.

Tienen una textura hojaldrada, y su sabor es delicioso. Son muy fáciles de elaborar, por lo que podemos hacerlos en cualquier momento y en poquísimo tiempo y además aguantan durante bastante tiempo sin ponerse duros.

El nombre de "engañabobos" se debe a que parecen que se hagan con hojaldre y que estén rellenos al morderlos, pero la verdad es que ni es hojaldre , ni están rellenos, aunque su textura sea hojaldrada, y están buenísimos.  

Si te ha gustado esta receta quizás pueda interesarte ver los enaceitados manchegos o las empanadillas rellenas de dulce de boniato que están riquísimas.

Os dejo la receta en vídeo para que la veáis mejor. Si os gusta podéis suscribiros a mi canal youtube donde tengo muchas más.

 

 Ingredientes:

     -   200g de harina común

     -   75g de aceite de oliva

     -   50g de azúcar blanco

     -   45g de vino blanco

     -   piel de 1 limón

     -   1 cucharadita de anís en grano 

     -   una pizca de sal

     -   aceite de girasol para freír

     -   azúcar para rebozar

Ponemos el aceite en un cazo junto con la piel de limón y el anís en grano, lo llevamos al fuego y dejamos que se dore un poquito la piel de limón. Lo retiramos del fuego y dejamos que temple un poco y repose.

En un bol ponemos la harina, el azúcar, la sal y mezclamos bien. Hacemos un hueco en el cetro y ponemos el vino blanco y el aceite colado. 

Mezclamos bien, hasta que todo esté integrado amasando con las manos. Hacemos una bola y la dejamos reposar 30 minutos tapada.

Estiramos la masa a un grosor de 3-4 milímetros y cortamos rectángulos de 6x3 cm aproximadamente. Recuperamos los restos y volvemos a formar la bola, estiramos otra vez con el rodillo y seguimos contando hasta terminar la masa.

Ponemos un cazo al fuego con el aceite de girasol y cuando esté caliente, yo lo he puesto en el nº 7 de mi vitrocerámica,  vamos friendo los rectángulos de masa, veremos que los engañabobos se dan la vuelta ellos solos, si no lo hacen les damos nosotros la vuelta. Cuidado que se doran enseguida y pueden quemarse.

Cuando estén doraditos los sacamos y ponemos en papel de cocina. 

tLos rebozamos en azúcar y los dejamos enfriar.

¡Quedan buenísimos!

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En la actualidad , la cocina no tiene fronteras. Gracias a la globalización gastronómica y a la creciente curiosidad de los consumidores, preparar platos  internacionales desde casa se ha convertido en una tendencia en alza. Sin embargo, uno de los mayores retos al aventurarse en cocinas del mundo es acceder a los ingredientes auténticos y frescos que cada receta requiere. Es aquí donde las conservas juegan un papel fundamental, facilitando la exploración de sabores exóticos y permitiendo que cualquiera pueda viajar con el paladar sin salir de su cocina.

Viajar, por ejemplo, a la cocina asiática, es fácil si tenemos en la despensa aliados como la salsa de soya para marinar , es un gran ejemplo de cómo un producto envasado puede transformar una receta cotidiana en una experiencia exótica, ya sea para maridar carnes, saltear vegetales o darle profundidad a caldos y salsas, su versatilidad la convierte en una puerta de entrada perfecta a la cocina internacional.

Y no está sola. Las conservas, en todas sus formas, desde vegetales y legumbres hasta marisco, pescado y frutas, permiten a los aficionados de la cocina experimentar con sabores de todo el mundo, sin complicaciones ni largas horas de preparación. Gracias a ellas , preparar un wok al estilo chino, un curry tailandés o una ensalada de inspiración mediterránea es tan sencillo como abrir un frasco o una lata.

Uno de los mayores atractivos de cocinar con conservas es la posibilidad de experimentar con ingredientes que antes parecían inaccesibles. Alimentos como el pulpo, las sardinas en aceite de oliva, los corazones de palmito, las setas shiitake o los frijoles negros pueden estar en nuestra despensa gracias a la conservación en lata o frasco.


Además muchos de estos productos en conserva provienen directamente de sus países de origen, lo que garantiza una experiencia de sabor más auténtica. Las conservas españolas de marisco, por ejemplo, son reconocidas mundialmente por su calidad, y permiten preparar tapas y arroces con un genuino toque español. De igual forma ocurre con los productos del resto de países.

Sostenibilidad y reducción de desperdicio.

Más allá de la practicidad, las conservas también aportan valor en términos de sostenibilidad. Al extender la vida útil de los alimentos, ayudan a reducir el desperdicio y a optimizar el consumo. Muchos fabricantes de conservas apuestan hoy por prácticas responsables, tanto en el origen de sus ingredientes como en los métodos de producción y embalajes, utilizando envases reciclables y libres de BPA.

Por otro lado, tener una despensa bien surtida con conservas permite planificar mejor las comidas, evitando compras impulsivas y facilitando una alimentación equilibrada y variada.

Conclusión.

Las conservas han pasado de ser una solución de emergencia a convertirse en una herramienta gastronómica versátil accesible y creativa. Gracias a ellas, hoy es posible disfrutar de la riqueza de la cocina internacional desde casa, combinando ingredientes y sabores exóticos con facilidad y sin sacrificar la calidad.

En un mundo cada vez más conectado, las conservas nos invitan a viajar con los sentidos, abrir nuestra mente y nuestro paladar, y descubrir que la diversidad culinaria está tan cerca como nuestra propia despensa.

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La calabaza es el alimento antioxidante por excelencia. Es un alimento ligero ideal para las dietas para perder peso debido a que tiene un alto contenido en agua y un aporte calórico muy bajo.
Además de todas esas propiedades la crema de calabaza es una receta, saludable, sabrosa y económica, llena de sabor y perfecta para cualquier época del año, especialmente para los meses más frescos.


Su textura suave y aterciopelada se logra cocinándola lentamente. Y luego la trituramos para conseguir una crema homogénea y deliciosa.
Se sirve caliente y la podemos acompañar con picatostes o pipas de calabaza tostadas o un hilito de aceite de oliva.
Es ideal tanto para entrantes como para un plato principal en una comida ligera.
Si os ha gustado esta crema os recomiendo también la crema de zanahoria o la crema de calabacín. Ambas deliciosas.

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Ingredientes:
     - 500g de calabaza pelada
     - 2 zanahorias
     - 1 patata
     - 1 pimiento verde
     - 3 dientes de ajo
     - Media cebolla
     - caldo de verduras casero
     - Aceite
     - sal

En una olla ponemos un poco de aceite y rehogamos la cebolla, los ajos y el pimiento. Cuando doren un poquito añadimos la zanahoria y la patata.


Por último añadimos la calabaza troceada, rehogamos un poco y la cubrimos con el caldo.


Dejamos cocer a fuego medio hasta que esté todo tierno y haya reducido el caldo. siempre dependerá de como nos guste de espesa.


La trituramos bien para que no queden grumos  y la servimos calentita.


¿Gustáis?
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La panna cota de vainilla es un postre ideal para quienes buscan una experiencia dulce y elegante. Delicada, suave y absolutamente irresistible.
Preparada con nata, y solo un poquito de azúcar y auténtica vainilla natural, esta clásica receta italiana se transforma en una delicia ligera y cremosa que se deshace en la boca.
La acompañamos con una mermelada artesanal de fresas que aporta un contraste perfecto de dulzura  y fruta. Los postres con mermeladas Bebé tienen un sabor tan especial porque estas confituras están hechas con mimo.

Cada cucharada es una combinación de sabores y texturas, donde la suavidad de la panna cotta se equilibra con la intensidad frutal de la confitura.
Servida bien fría , es ideal para cerrar cualquier comida con un toque refinado y fresco. Un postre simple, pero lleno de sabor , que te conquistará a cada bocado.
Si te ha gustado esta receta te recomiendo que veas la panna cotta de chocolate blanco con coulis de melocotón o la panna cotta de arándanos, ambas deliciosas.

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 Ingredientes:
     - 250ml de nata 

     - 200 ml de leche
     - 100g de azúcar
     - 4 hojas de gelatina (5,2g )
     - 1 vaina de vainilla
     - Un chorrito de ron
     - Confitura o mermelada de fresas
     - 1 cucharada de agua
Se pone la gelatina en remojo en agua fría 5 minutos.
En un cazo ponemos la nata, la leche , el chorrito de ron , el azúcar y la vaina de vainilla natural . 


La ponemos al fuego hasta que empiece a hervir. 



La retiramos del fuego y añadimos la gelatina escurrida.  Dejamos que temple un poco y retiramos la vaina de vainilla. La repartimos en los moldes y la dejamos enfriar completamente en el frigorífico.



Una vez haya cuajado la desmoldamos. 
Calentamos 2-3 cucharadas de mermelada con una cucharadita de agua en el microondas o al fuego para aligerarla un poquito y le ponemos una cucharada por encima a la panna cotta. Yo he puesto mermelada de fresas pero podéis ponerle la que más os guste a vosotros.
La adornamos con fresas, frambuesas o lo que nos apetezca.


¡Muy rica!
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Estupenda receta de croisants de chocolate, ideal para las meriendas de los niños o mayores. Para tomar un café por la mañana o por la tarde o simplemente para darte un gusto en cualquier momento del día.
Los puedes hacer con hojaldre casero o comprado, quedarán muy ricos y en pocos minutos tendrás preparada una buena bandeja de estos ricos dulces crujientes por fuera y con un relleno cremoso de chocolate que se derrite en la boca.


No son solo croissants, son momentos dulces que mereces disfrutar. Una vez que los pruebes, querrás repetir una y otra vez.
Si te ha gustado esta receta te recomiendo que veas también los mini croissants  de kinder bueno o las palmeritas de chocolate, ambos irresistibles.

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  Ingredientes:
   - 1 plancha de hojaldre cuadrada
   - Nocilla o crema de chocolate
   - Huevo batido o leche
   - Fideos de chocolate

Se precalienta el horno a 200º.
Se corta el hojaldre en forma de triángulo, se le hace un pequeño corte en la parte más ancha.  Ponemos una cucharada de Nocilla o crema de chocolate en la parte más ancha después del corte.


Los vamos enrollando sin apretar. Los ponemos en la bandeja de horno.



Se ponen en forma de media luna, se pintan con huevo y se les pone fideos de chocolate encima. Se hornean 15 minutos a 200º.

¡Fáciles y ricos!
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Caldo de verdura. Julia y sus recetas
Ya sabéis que no es lo mismo hacer un caldo casero que comprarlo hecho o usar la típica pastilla de caldo concentrado. Por eso, si os gusta hacer caldo casero, hoy os traigo un rico caldo de verduras. No solo sirve como base para muchos platos, sino que ahora que llega el invierno, con días más feos y desapacible, una buena taza de caldo de carne o verduras hará que nuestro cuerpo entre en calor y nos reconforte.
Es una receta casera, reconfortante y 100 % natural, hecha con ingredientes frescos y de calidad. Sin conservantes ni colorantes. Lo puedes disfrutar solo o como sopa caliente en días fríos o utilizarlo par base de otros platos como arroces, guisos y otras aplicaciones.
Ya se que lo conocéis todos y además que cada uno lo hace a su manera, pero esta es la mía y quiero que esté también en mi blog. También os puede interesar ver el caldo de carne y el de pescado.

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Ingredientes:
     -   1 puerro
     -   1/2 cebolla
     -   2 zanahorias
     -   1 tomate
     -   1 pimiento rojo
     -   1 nabo
     -   1-2 ramas de apio
     -   1 rama de perejil
     -   2 hojas de laurel
     -   una ramita de tomillo fresco (opcional)
     -   1 cucharada de aceite de oliva virgen
     -   sal al gusto
     -   Agua, cantidad al gusto
Lavamos y cortamos las verduras en trozos grandes.

Ponemos en la olla exprés el aceite , echamos la cebolla cortada en trozos grandes y rehogamos un poquito.


Echamos el resto de verduras y las rehogamos. Añadimos el agua  y tapamos la olla.
La ponemos al fuego y contamos 30 minutos desde que la válvula empiece a girar.
Cuando la válvula deje de girar, la destapamos y listo un rico caldo de verdura.


También podéis ponerlo en una olla y dejar hacer a fuego lento durante 1 hora y media más o menos. Pero en la olla exprés es más rápido y sale buenísimo.

¿Os apetece?
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La receta de palmeritas de chocolate la conoce todo el mundo, o casi todo. Para los que no sepáis cómo hacerlas os dejo la receta.
Son fáciles aunque parezca lo contrario y merece la pena hacerlas , en menos de 20 minutos se hacen y tendremos una merienda estupenda.

La combinación de hojaldre y chocolate es de las más apreciadas por los niños y por los mayores, y además podréis ponerles el chocolate que más os guste, negro, con leche o blanco, a vuestro gusto.
Si os ha gustado esta receta os recomiendo las palmeritas con azúcar y canela o las palmeritas con crema de chocolate y almendras, ambas buenísimas.

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Ingredientes:
     -   1 lámina de hojaldre
     -   azúcar blanco  
     -   chocolate negro
     -   chocolate blanco
Ponemos la masa de hojaldre en la mesa y lo espolvoreamos por encima con azúcar, le pasamos un poco el rodillo por encima para que se quede pegada a él, doblamos los extremos hacia el centro juntando los extremos y volvemos a espolvorear con azúcar y a pasar el rodillo por encima. Lo volvemos a doblar en forma de libro.

Cortamos rodajas de 1 cm de grosor y las colocamos en una bandeja de horno encima de un papel vegetal (papel de horno).


Precalentamos el horno a 200ºC y metemos las palmeritas durante 15 minutos aproximadamente, hasta que las veamos un poquito doradas.
Las sacamos y dejamos enfriar.
Mientras derretimos el chocolate negro y blanco al baño maría o al microondas y vamos mojando las palmeritas en ellos . Las dejamos enfriar en una rejilla en el frigorífico hasta que endurezca el chocolate.

Listas para tomar con el café o té.

¡Una merienda perfecta! 

¡Gustáis!
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